Cuando se reconoce la belleza en el mundo,
se aprende lo que es la Fealdad;
Cuando se reconoce la bondad en el mundo,
se aprende lo que es la Maldad.
De este modo:
Vida y muerte no existirían la una sin la otra;
dificultad y facilidad son ambos polos del progreso;
cerca y lejos son abstracciones de la posición;
como fuerza y debilidad del control;
música y habla son parte de la armonía;
el antes y el después se suceden recíprocamente.
El sabio controla sin autoridad,
y enseña sin palabras;
Él deja que todas las cosas asciendan y caigan,
Nutre, pero no interfiere,
Da sin pedirte,
Y está satisfecho.
—
El buen viajero no deja huella que pueda seguirse,
el buen hablador no deja palabras que puedan ser cuestionadas,
el buen contable no deja cálculo sin comprobar,
el buen cerrajero no deja cerradura que pueda ser forzada,
el buen marinero no deja nudo que pueda ser deshecho.
Así, el sabio cuida a todos los hombres
y no abandona a ninguno.
Acepta todo y no rechaza nada.
Atiende hasta el menor detalle.
Así el fuerte debe guiar al débil,
pues el débil es el material de donde hacer a los fuertes.
Si el guía no es respetado
o el material no es cuidado
se origina confusión, no importa cuan inteligente sea uno.
Esta es la esencia de la sutileza.
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