Los franceses tienen un dicho, “seul les imbéciles ne changent pas d’avis”, que concluye que solo los tontos no cambian de opinión. ¿Por qué se produce ese hecho?
Existen cinco fenómenos psicológicos que dificultan que las personas cambiemos de opinión incluso cuando lo que pensamos nos hace daño:
- La primacía de lo primero, el hecho de que demos más valor a lo que escuchamos por primera vez sobre un asunto.
- El sesgo de confirmación, la tendencia a favorecer, buscar, interpretar, y recordar, la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas.
- La polarización de actitudes, una diferencia de opinión se hace más extrema a medida que las pruebas opuestas de las correspondientes partes plantean sus respectivos puntos de vista.
- La perseverancia de creencias, aferrarse a una creencia pese a recibir nueva información que la contradiga o refute de forma concluyente.
- La correlación ilusoria, que nos lleva a establecer relaciones entre dos variables que, o bien no tienen una relación tan fuerte, o bien directamente no tienen relación.
Estos fenómenos hacen que con frecuencia nos identifiquemos con nuestras ideas y que en lugar de que ellas estén a nuestro servicio, nosotros somos los que estamos a su servicio. Una tendencia que en cuanto a la opinión política hace que las personas sientan que forman parte de una tribu e independientemente de cómo los hagan sus líderes no se cuestionan cambiar el signo de su voto.
Nuestra mente está estructurada para que seamos congruentes con nuestras ideas porque eso hace la vida más cómoda y mentalmente más estable y sana, el problema es que con frecuencia ese mecanismo es una trampa mortal.
Las creencias que tenemos influyen en todos los ámbitos de nuestra vida -autoestima, relaciones, salud, economía…- y con frecuencia se convierten en profecías autocumplidas, de forma que una creencias tóxicas o equivocadas pueden joderte la vida.
Por desgracia, el pensamiento crítico no está de moda y no se nos enseña a cuestionar en base a datos los fenómenos que nos rodean, ¿pasarían tus creencias el filtro del pensamiento científico?
Y tú, ¿estás abierto a cuestionar tus creencias o vas a ser como los tontos?