Operación bikini llamamos a intentar conseguir en el mes de junio lo que te dio pereza pelear durante 11 meses, y este año tampoco te funcionó. Decimos que la cara es el espejo del alma pero raramente manifestamos que el cuerpo es el espejo de virtudes y vicios. El cuerpo refleja inmediatamente nuestros excesos: una mañana al sol y te quemas la piel, una noche sin dormir y tienes mala cara, una semana en un resort comiendo y bebiendo sin “coneiximent” y 4 kilos más. La virtud también se refleja en tu cuerpo: un mes entrenando duro en el gimnasio y tú te lo notas, tres meses y tu pareja te lo nota, seis meses y todo el mundo lo nota.
El cuerpo es reflejo de cuánto cuidamos la calidad de nuestra vida; pero ¿y si la calidad de nuestra vida también fuera reflejo de cuánto cuidamos nuestro cuerpo?
Mucho se ha escrito que cuidar lo que comes y hacer ejercicio es bueno para la salud, pero erramos al pensar que se trata solo de salud física, puesto que la salud mental y psicológica también dependen de lo que haces con tu cuerpo.
Cuidar tu cuerpo es mantener una buena higiene postural, lo que reduce tus niveles de cortisol, y con ellos de estrés, y aumenta tus niveles de testosterona, y con ellos de vitalidad. Es decir, al echar los hombros atrás, la cabeza al frente y ponerte erguido no solo estás más atractivo (y se te notan menos las mollas) sino que estás más feliz.
Cuidar tu cuerpo es hacer ejercicio aeróbico tres veces por semana, pues mantiene altos tus niveles de serotonina, la hormona de la felicidad; dicho de otra manera, caminar con energía, nadar, correr o ir en bicicleta te aleja de la depresión. Eso sí, correr en demasía te hará daño a largo plazo y pedalear muchas horas perjudicará tu higiene postural. Por su parte, hacer ejercicio de fuerza dispara la producción de la hormona del crecimiento, el elixir de la juventud. Ambos tipos de ejercicio mejoran nuestra capacidad cognitiva y mantienen nuestro cerebro en buena forma. Un buen resumen es: estirar te mantendrá sano; correr o nadar, feliz; levantar pesas, joven.
Cuidar tu cuerpo es descansar adecuadamente, no solo el que “duerme no vive” sino que se ha demostrado que el que duerme mucho y bien acaba viviendo más. De igual manera, los masajes, también transforman nuestra bioquímica, reduciendo los niveles de cortisol y aumentando nuestra DOSE (dopamina, oxitocina, serotonina y endorfinas).
Cuidar tu cuerpo es, finalmente, cuidar lo que comes. Aquí cada maestrillo tiene su librillo, pero no considero nada más sabio que la propia naturaleza; los alimentos procesados son poco amables con nuestro cuerpo y con el planeta, sí lo más noble que lleva un producto procesado es el alimento fresco; para qué invertir máquinas, tiempo, cartón, plástico y químicos en algo que no puede mejorar lo original. Como regla general si algo viene en un paquete de cartón o de plástico te hará daño, y si algo está procesado no te hará bien. La naturaleza nos hizo omnívoros; no hay consenso en que ser vegetariano sea más saludable que no serlo, sí parece haberlo en que es saludable basar principalmente la dieta en productos vegetales y limitar hasta el 15% de lo que comes el consumo de proteína no procesada.
¿Por qué nos gustamos más y nos gustan más quienes tienen buen cuerpo? Antropológicamente estamos programados para que nos agraden las personas sanas, porque son mejores compañeros para reproducirnos, para que nos gusten las personas fuertes e inteligentes porque son mejores para colaborar y para que nos gusten las personas felices porque son mejores para convivir. Tener un cuerpo atractivo es una señal de que probablemente eres una persona más sana, fuerte y feliz que la media. No dejes para el próximo junio lo que puedes empezar este julio.