Folleu, folleu… que el món s’acaba (follar, follar… que el mundo se acaba), así rezaba un grafiti que adornaba, junto a muchos eslóganes reivindicativos y políticos, un muro junto a la estación de Pont de Fusta y que arrancó una de las pocas carcajadas que he escuchado a mi padre a lo largo de su […]