No soy un coach, (por mucho que así me llamen), soy un empresario, aunque la felicidad de los demás no es mi negocio, sino la causa por la que trabajo.
Ya no soy un crío y lo que más me distingue de la mayoría de coaches es que antes ponerme a dar lecciones de vida, yo las he vivido (y disfrutado, y sufrido).
He vivido el éxito, creé junto a mis padres y mis hermanos y casi de la nada, una empresa que da trabajo a más de 500 empleados (¡la hicimos grande a base de huevos!, y también de pollos). He participado como ideólogo, socio-gestor y/o inversor en el nacimiento de más de una treinta de empresas, algunas exitosas, otras que ni fu ni fa y otras que fracasaron. Sí, también he vivido el fracaso (y te aseguro que las lecciones que enseña el dolor no se olvidan fácilmente). Puedes consultar mi historial académico y profesional completo aquí.