En la obra escrita por Fernando Fernán Gómez en 1977 “Las bicicletas son para el verano, la bicicleta representaba una diversión para el verano, la estación donde realizar actividades al aire libre y el momento ideal para juntarse con amigos; la bicicleta también era símbolo de libertad y autonomía. Diversión y libertad como compañeros de la felicidad.
En cambio, las diferentes religiones siempre han promulgado que el camino recto era el desarrollo de la virtud, entendida ésta como una vida austera y compasiva; una virtud a la tradición judeocristiana nos animaba a complementar con la fe y la oración y el budismo con la práctica meditativa que nos traería la luz. La autoayuda clásica norteamericana puso el foco del desarrollo personal en la construcción del carácter, la búsqueda del éxito y la obtención del máximo rendimiento mientras que la psicología positiva nos animaba a dominar las emociones, a cultivar las relaciones y a encontrar nuestra pasión.
Parece que todos se olvidaron de que teníamos que “montar en bicicleta” y disfrutar, divertirnos y vivir una vida lo más cómoda posible. Que las religiones clásicas y las filosofías orientales lo hicieran es lógico, en un mundo pobre de solemnidad, donde conseguir comer era la lucha diaria, no cabía hablar de disfrute, comodidades y diversión; y la oración y la meditación son poderosas herramientas para calmar la mente y encontrar significado a la vida. Pero la autoayuda y la psicología positiva son disciplinas modernas que nacen en el primer mundo, donde la mayoría tenemos una vida fácil y donde, con relativamente poco esfuerzo, uno puede vivir mejor que lo hacían los reyes de la edad media.
Si preguntaras a un niño qué le hace feliz, te diría que jugar y divertirse, un joven te diría que además hay que disfrutar de los placeres de la vida. Los adultos, como los psicólogos, perdemos el foco; obvio resulta que el modelo PERMA de la psicología positiva (positive emotions, engagement, relationships, meaning, achievement) nos ayuda a tener una mejor vida; pero obvio también que los italianos tienen razón cuando envidian la dolce vita y el dolce fare niente.
Las personas felices gastan más dinero en experiencias que en adquirir cosas; por ello cuando veo por las calles tantos coches de más de 40.000 euros que llevan a los mismos sitios, y casi con las mismas comodidades, que los de 20.000 euros, pienso en las fiestas con amigos, las cenas románticas o los viajes en familia que se podrían haber pagado con esas decenas de miles de euros de ahorro. Cuando veo joyas, relojes de marca o ropa cara veo que muchos han trabajado horas de más en un trabajo que no les gusta para impresionar a gente a la que les importan una mierda.
El tiempo libre, el disfrute y una vida más cómoda son el nuevo lujo, y nunca ha sido más fácil llevar el lifestyle de un bon vivant. Con lo que ahorraste en la compra del coche y en artículos de marca, tienes Uberchofer para ir al centro de por vida, puedes invitar a dos amigos al mes a cenar en buenos restaurantes y puedes celebrar una gran fiesta de cumpleaños cada año.
La felicidad es: disponer de tiempo para cultivar los tres pilares básicos del hedonismo, cuerpo, mente y entorno; dotar a tu vida de significado y marcarte metas; cultivar tus relaciones personales; pero también es tener un lifestyle molón y disfrutón.
Ser ahorrador es una virtud, ser tacaño una desgracia; trabajar duro un don, trabajar mucho un pesar. El nuevo mantra podía ser: no hagas en 12 horas lo que puedas hacer en 8, siendo consciente de que 4 raramente son suficientes. Y es que el equilibrio es la respuesta: construcción del carácter, éxito y máximo rendimiento, sí; ¿para qué?, para ganar lo suficiente que te permita disfrutar de un lifestyle en que tengas tiempo para hacerte feliz a ti mismo y hacer felices a los que quieres.
Augustus era el mes “sagrado” para los romanos, y sagrado debería ser dar descanso al guerrero este mes. Eso sí, proponte para el curso que viene que “la bicicleta” no sea solo para el verano, que la gente reconozca tu lifestyle sagrado: trabaja como el mejor, disfruta como el que más. Work hard but play hard too.
Pásalo a lo grande este agosto sagrado, volvemos en septiembre.

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