Que ganar el dinero suficiente para vivir una vida cómoda hace nuestra vida más dichosa es una verdad avalada por decenas de estudios; que hay una cifra a partir de la cual ganar más dinero no nos hace más felices es una afirmación cuestionada y que no es el dinero que ganas sino cómo te relaciones mental y emocionalmente con el dinero lo que te hará feliz o desgraciado, es una verdad que deberíamos corroborar.
Un célebre estudio dirigido por investigadores de la Purdue University realizado por Gallup que entrevistó a 1,7 millones de personas de 164 países diferentes señalaba los 75.000 dólares anuales como la cifra mágica a partir de la cual más dinero no te hace nada más feliz. Esa cifra podría ser menor según el coste de la vida de tu país o si eres un soltero sin hijos. Hoy se cuestiona esa cifra y parece que más dinero sí te hace más feliz, el estudio de Gallup se centraba en la felicidad retrospectiva, es decir, en tu pensamiento presente acerca de tu satisfacción con la vida. Pero también podemos medir la felicidad experimentada, es decir, en qué medida sientes más emociones agradables que desagradables; utilizando una aplicación de smartphone que preguntaba varias veces al día “¿cómo te sientes ahora mismo?”, un estudio realizado con 33.391 trabajadores norteamericanos de entre 18 y 65 años concluye que no existe ese umbral de 75.000 dólares y que cuanto más dinero gana la gente es más feliz.
Pero correlación no es causación, ¿son los que más ganan más felices porque tienen más o tienen más porque son más felices? No sabemos si ganar más es la causa de la felicidad, aunque desde luego ganar más nos hace la vida más fácil: puede comprarte tiempo, permitirte dejar de hacer cosas que no te gusta hacer, proporcionarte experiencias agradables, rodearte de un entorno más bonito y aliviar algunas incomodidades. Sí sabemos que los felices ganan más: porque son más productivos, se llevan mejor con los demás y disfrutan de mejor salud, tres factores que te ayudan a ganar más dinero. Yo apostaría por una relación causa-efecto bidireccional que se retroalimenta: ser feliz te facilita ganar más y ganar más te hace la vida más feliz.
Eso sí, independientemente de lo que tengas, si le das menos importancia al dinero, tener menos que los demás no te parecerá una desgracia, aquellos que ganan poco pero creen que “las mejores cosas de la vida son gratis” son más felices que los que ganan poco pero dan mucha importancia al dinero.
Son diversas las investigaciones que concluían que las personas más materialistas, las que más importancia dan al dinero, son menos felices que las que no le dan tanta (aunque si le das mucha importancia y tienes mucho dinero la cosa cambia). Un nuevo estudio dice que no es tan relevante para tu felicidad la importancia que das al dinero como para qué lo quieres: si quieres el dinero para ofrecer tranquilidad a tu familia, porque crees que es una forma justa de recompensar tu esfuerzo y talento o para disfrutar de más libertad, ser “materialista” te hará feliz; si das mucha importancia al dinero porque lo ves como un medio para vencer tu falta de confianza, para mostrarte poderoso, para compararte con el vecino o para presumir, ser “materialista” te hará desgraciado. Buscar el dinero para hacer el bien, te hace bien; buscarlo para parecer ser más que los demás, te hace mal.
Dicho lo anterior, no olvides que una vez tienes tus mínimos cubiertos, el dinero no es el principal motor de tu bienestar, virtudes como la gratitud, la amabilidad o el amor están más ligadas a la felicidad que las relacionadas con el éxito. Money is good, love is better.
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